Atajos...
- filosofialacalle
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Óscar Sánchez Vadillo
317- Lo peor que se le puede recriminar a Sigmund Freud no son sus propios disparates epistémicos, sino el haber dado el pistoletazo de salida a un huelebraguetismo general al que se han apuntado miles de aprovechados y que se ha ramificado en centenares de escuelas cuyos ojos ávidos y exploradores se han inmiscuido en nuestra intimidad sin pedirnos permiso, al contrario: se lo han montado tan bien que somos nosotros los que acudimos a ellos a mostrarles nuestras miserias… Si a ello se le une el cine, la Deep Web y los llamados reality shows entonces hay que concluir que Michel Foucault se quedó pero que muy corto.
318- Walter Benjamin vaticinando el scrolling de los dispositivos móviles mejor que Julio Verne el submarino: “El periódico ya se lee más en vertical que en horizontal, el cine y la publicidad imponen por completo la escritura a la dictadura de lo vertical” (Calle de sentido único).
319- Heiddeger era demasiado academicista todavía, en mi opinión, como para percatarse de que la consumación de la Metafísica no tiene lugar tanto en los fragmentos de esa compilación póstuma que titularon La voluntad de Poder cuanto en las desmesuras a menudo contradictorias o cacofónicas de Ecce Homo (Nietzsche lo quiere todo para sí, ser a la vez el más inocente y el más astuto, el más suave y el más endurecido, y un largo etcétera; no en vano el librito en principio iba a recibir el subtítulo de “el hombre múltiple”). El motivo es que en este último no sólo Nietzsche desenmascara que bajo la lógica de la identidad yacía un programa de dominio, sino que desenmascara algo más significativo aún, tal vez de un modo no del todo consciente: tal dominio se dirige hacia la divinización del sujeto cognoscente, del filósofo, que es lo que hace Nietzsche consigo mismo en Ecce Homo. La Metafísica, pues, como esa aspiración inquebrantable de ascender en la escala de los seres por medio del conocimiento, algo que nunca ha estado del todo ausente en Parménides, Pitágoras, Empédocles, Platón e imitadores, por no hablar de las variantes del cristianismo como el Hermetismo o la Gnosis. Dios ha muerto, así que viva el nuevo dios…
320- Si un filósofo sale fungiendo de tal en la televisión o en la prensa generalista puedes estar apodícticamente seguro de que es un cantamañanas que no tiene nada que ofrecer más que una estúpida sonrisa o un rictus de asco.
321- (C) Los que conjeturan si el límite absoluto de la velocidad de la luz pudiera ser rebasado en el marco de la propia Teoría de la Relatividad creo que no han entendido bien lo que encierra tal absoluteza. Tal como yo lo veo, no es que Einstein haya cogido la cifra ya obtenida por físicos anteriores, la haya dado por buena y sencillamente a partir de dicho dato inalterable haya tenido que hacer elásticos el tiempo, el espacio y la velocidad, de tal manera que en realidad la velocidad de la luz podría haber sido la que es o cualquier otra, el doble por ejemplo. Ese no es ni por asomo el problema. El problema es que la luz actúa como la caña de pescar de un pescador diestro y experimentado. Sea cual sea la velocidad, o el reposo (término que ya no tiene sentido alguno), desde el que sea proyectada, la caña arroja su anzuelo exactamente a 300.000 kilómetros -ya sé que es algo menos...- cada segundo del punto de partida, y esto es lo que vuela la cabeza de cualquiera y deja repentinamente en paro al gran y pérfido Isaac Newton. Porque si la caña actúa siempre igual, sin importar la velocidad del observador A que sigue su lanzamiento en sentido de avance o en sentido contrario, sin importar siquiera si el observador B se sitúa inicialmente en el punto en que el sedal brota de la caña, nada podrá evitar que instantáneamente ese observador B vuelva al puño del pescador y la caña entera sea lanzada de nuevo desde su origen, de modo que, si he conseguido explicarme hasta aquí, la velocidad de la luz no es un determinado trayecto que pudiera o no ser rebasado -un “límite” en última instancia incomprensible y por ello entendido como una “limitación”-, sino que la velocidad de la luz es una magnitud rígida, como lo es la barra de metal que establece la unidad internacional del metro en París. Quiero decir que sería absurdo preguntar si esa barra podría estirarse un poquito más, cosa que sucederá a menudo por efecto de la dilatación, pero es absurdo porque dilatada ya no sería un metro. Con la velocidad de la luz ocurre eso mismo elevado a la categoría de cimiento cósmico: no se puede rebasar la velocidad de la luz porque no es una cantidad, sino aquel factor real con el que son medidos los demás factores físicos, como el trozo de metal de un metro de París.
Para terminar… ¿Cómo demonios podría rebasarse o acelerarse C, si C es el criterio de toda velocidad y toda aceleración ulteriores? Por este camino de intelección no veo que vayamos a salir jamás del Sistema Solar…
322- (TV) Cunde el pánico entre muchas madres ilustradas y por ello asustadizas de que “la caja tonta” embobe, paralice o abduzca a sus vástagos, olvidando su propia educación frente a ese bendito rectángulo que todo lo da sin pedir nada a cambio excepto adoración absoluta, como el propio Dios en persona. ¿Acaso un libro es diferente, menos rectangular, menos embaucador y menos pasivo? ¿Y la música “noble”: es que realmente se “interactúa” con Mozart, apuntándole aquí y allá la armonía? Para “interactuar” como está mandado ya están las Wiis, las Playstations y demás fábricas de ocio sin salir del hogar, perfeccionándose cada día en su sagrada misión de ahuyentar a la gente de la calle, que está infestada de peligros –entre ellos, el del puesto de trabajo mismo… De modo que si lo que se quiere es que los niños aprendan sin salir de casa, la televisión y sus innúmeros canales (cincuenta y siete y total nada, cantaba Springsteen) resultan la opción más cabal, habida cuenta de que en ellos el mundo real se les suministra ya hecho e interpretado, que es como lo van a encontrar bien desgastado cuando crezcan. ¿Que hay mucha basura? Pero la limpian otros ¿Que la información está tergiversada? De toda la vida ¿Que luego no nos estudian? Conócete a ti mism@...
Existen pocas dudas de que el futuro va a pasar por la entera absorción del cuerpo humano por las pantallas, ese fenómeno reciente que sociólogos y demás videntes diplomados llaman ahora “emergencia del homo pantalicus”, lo cual deja fuera de lugar la nostalgia por cuando los críos se liaban a pedradas, extirpaban las alas a una mosca o trepaban a arriscados árboles. Y es, por otra parte, innegable que hace un siglo un caballero victoriano graduado en Oxford con todos los honores hubiese entregado gustoso su valiosa colección de pipas por ver un partido de polo en el club en vez de leerlo al día siguiente en The Times, conque no nos pongamos estirados y santurrones sin motivo. Los niños necesitan como todos estar al día para luego, si las circunstancias son propicias, llevar la contraria: en ese vital empeño, hasta la instrucción en religiones trasnochadas nos parece altamente necesaria –el chiste: la madre priora se está muriendo y sus monjitas la reconfortan ponderándole las bondades de su inminente entrada a la casa del Señor; ella responde “¡callad, callad, hijas, que como en casa de una no se está en ninguna parte!” (esta digna señora, por cierto, debe tener ya en su celda la nueva Wii…)
En fin, la conclusión inevitable es que los chicos de ahora, como los de antes, hacen bien en demandar su dosis diaria de televisión como actividad extraescolar formativa e integradora. Otra cosa sería hablar de nosotros, los resabiadísimos adultos…
323- Era una noche francesa de 1980 en la que el filósofo-activista estaba obsequiando a su mujer con un masaje cuando, al llegar al cuello, la estranguló sin poder evitarlo. Sin explicación posible, pasa todos los días. O eso quiso hacernos creer en El porvenir es largo, la autobiografía intelectual que, si no recuerdo mal, escribió en el hospital psiquiátrico en el que le internaron por orden del juez bajo la sentencia de enajenación transitoria. Hoy, claro, lo llamarían de otra manera -maltrato de género-, para quien todavía piense que la ciencia transcurre plácidamente al margen de las convulsiones sociales. Antes, Althusser se había hecho célebre por tratar de reanimar una vez más desde el estructuralismo el marxismo científico tras el impactante conocimiento de los ingentes crímenes de Stalin, y es que Marx resulta tan convincente la primera vez que a veces se nos olvida que su minuciosa doctrina (la más explosiva de la humana historia) va camino de cumplir los 150 años. A mí, sus sucesivas resurrecciones teóricas me recuerdan al gag -como diría Santiago Alba- del coyote y el correcaminos, siempre tratando de atrapar al veloz pájaro con nuevos trucos, y siempre llevándose el golpe en su lugar de la manera más rocambolesca, encima con recochineo por parte del ave. Naturalmente, el coyote tiene que comer, mientras que al correcaminos le vemos una y otra vez joven y lustroso, pero así es el hombre y así terminan sus intentos de implantar una Edad Dorada definitiva e indefinida...
324- El dinero llama al dinero y todo el trayecto, salto a salto, es dinero y nada hay más después y al final que dinero.
325- Billie Elish trata de ser una P. J. Harvey enloquecida, y Dua Lipa está poniendo voz -y cuerpo- a la música de algoritmo.
326- La chavalada sueña con una Nueva Era en la que los videojuegos se hagan realidad, la vida vuelva a ser sufrida pero audaz, problemática pero no en el aspecto anímico e intelectual, no les importaría tanto perder batallas con tal de “poder mirar al enemigo a los ojos”, como decía Máximo. Tú dales una espada láser, un tatuaje, una tribu y algo que odiar con entera pureza y sin titubeos y serán tuyos. Por eso creo que en general el nuevo fascismo libertario les está esperando ansioso y con los brazos abiertos…
327- Los gimnasios son los nuevos santuarios, como tal vez lo fueron ya en la antigua Grecia, pero con la sociabilidad reducida por la interposición de unos auriculares.
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